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Presión turística en los espacios naturales protegidos

masificación turística en espacios naturales protegidos

Reflexión sobre las regulaciones en los espacios naturales y cómo gestionar la presión turística

Si bien ya era una problemática creciente, a raíz de la pandemia del 2020, se acentuó todavía más la afluencia masiva de visitantes en los espacios naturales. En muchos casos, para aliviar la presión de los espacios naturales, se optó por limitar el aforo, aplicar un sistema de reserva previa e incluso el pago de entrada. Unas medidas que resultaron polémicas y generaron malestar, y que en muchos casos siguen vigentes. ¿Son medidas necesarias? ¿Hay alguna alternativa para preservar los espacios naturales sin poner limitaciones a la naturaleza?
Sin duda, es urgente y necesario gestionar la masificación en los espacios naturales protegidos, pero ¿es ésta la única forma?

Masificación turística en los espacios naturales protegidos
LA NATURALEZA COMO CONCEPTO DE LIBERTAD Y BIEN PÚBLICO

Los viajeros (y ciudadanos en general), estamos acostumbrados a reservar entrada previa (y pagar) por ir a un museo, a un concierto, o visitar una bodega. No pasa así con la naturaleza. Ir al monte, al campo, o incluso a la playa, siempre había sido una actividad gratuita y muchas veces improvisada. Una actividad totalmente libre y accesible para todo el mundo, sin discriminación económica,. Y aquí radicaba su esencia, un bien común para todos. Y es por eso, que el regular el acceso a los espacios naturales, genera un comprensible malestar en la población. 

Aunque ya encontramos varios ejemplos anteriores a la pandemia, no fue hasta el desconfinamiento (asociado a un cambio de comportamiento social frente a los espacios naturales), que se extendió la regulación a los espacios naturales, aplicando medidas restrictivas, muchas de ellas para quedarse de forma definitiva.

En la mayoría de casos las medidas son:

  • Limitación de aforo diario, controlado con reserva previa, o bien con control en el mismo lugar.
  • Pago de una tasa de acceso: en algunos casos se cobra solamente a las personas que acceden con vehículo privado motorizado, habitualmente como concepto de parking.
  • Prohibir el acceso completamente en casos extremos y en zonas concretas, como en periodos de riesgo por incendio, etc.

LA NECESIDAD DE REDUCIR LA PRESIÓN HUMANA

Aunque es comprensible el malestar en la población, quizás la falta de comunicación con la ciudadanía y de educación medioambiental contribuye a acrecentar este descontento . Si no se justifica la necesidad de aplicar estas medidas y los efectos positivos que pueden conllevar, simplemente se perciben como un recorte de derechos.

Algunos aspectos que pueden ayudar a entender la aplicación de estas medidas:

  • Se aplican habitualmente en Espacios Naturales Protegidos (ENP), aquellos que por su ecosistema necesitan una protección especial
  • Debido a un cambio de comportamiento social, la presión humana en algunas zonas naturales ha aumentado de tal forma en los últimos años que se están degradando velozmente estos espacios, por lo que si no se limitara en unos años estarían destrozados.
  • En muchos casos solo es necesaria una reserva previa para controlar el aforo, sin tener que pagar. El acceso sigue siendo gratuito, pero hay que planificarlo con antelación. 
  • Si hay menos masificación, lo disfrutaremos más años y en mejor estado. Y además la visita será mucho mejor cuando vamos no está saturado.

Pero, ¿es ésta la única solución, o se puede hacer algo más? En vez de prohibir, limitar y cobrar, ¿no deberíamos abordar esta problemática desde otra perspectiva?

Aquí tenemos un ejemplo reciente, que viene sucediendo los últimos años. Largas colas para subir al Everest. En esta noticia relacionada del Periódico, reflexionan sobre este tema.

ALTERNATIVAS PARA GESTIONAR LA PRESIÓN TURÍSTICA EN LOS ESPACIOS NATURALES

Regular el flujo de visitantes de ciertos espacios, no debería hacerse únicamente con limitaciones y prohibiciones, o poniendo tasas. Una buena planificación turística debe contribuir a redistribuir la demanda/oferta, y evitar esta masificación de forma orgánica. Algunas formas serían:

Diversificar la oferta

Promoviendo otros destinos menos masificados. Con campañas y estrategias de promoción por parte de la administración competente y las empresas del sector, se puede redirigir parte de los visitantes de un sitio masificado, a otro al cual la afluencia de visitantes podría beneficiar a nivel socioeconómico. Distribuir las visitas de forma equitativa la lo largo territorio es esencial para no concentrar los impactos negativos del turismo en un solo lugar pequeño y frágil. Esto también ayuda a que los visitantes a parte de ir a ver ese atractivo natural, permanezcan más días en la zona conociendo otros lugares, consumiendo en comercio local, y haciendo una visita menos «superficial», lo cuál también es beneficioso para todos.

Desestacionalizar el turismo en la zona.

Algunos espacios naturales se masifican en épocas de temporada alta. Si estos visitantes se reparten a lo largo del año, la presión será menor. Algunas épocas del año puede parecer menos apetecible visitar ciertos espacios naturales debido a la climatología, pero hay una oferta complementaria que puede hacer igualmente atractiva la zona, por ejemplo ferias gastronómicas o culturales, eventos naturales o astronómicos, etc. Los espacios naturales puede ser un atractivo turístico las 4 estaciones, ya que todas ellas tienen su atractivo y particularidades, transformando la experiencia completamente. Aunque hay que tener en cuenta si hay alguna época en la cuál el ecosistema sea más vulnerable a la presión humana (época de cría, sequía, etc), ya que en ese caso se debe procurar no aumentar las visitas.


Promover la contratación de guías y actividades de ecoturismo.

Al contratar estas actividades con expertos del lugar, que se suelen hacer en grupos reducidos, se gestiona de forma eficiente el flujo de visitantes. De esta forma la experiencia es mucho más enriquecedora para el propio visitante, y también menos perjudicial para el entorno natural, ya que el guía se asegura que los visitantes se comporten de forma respetuosa hacia el medioambiente. Estas visitas pueden tener un coste para el visitante, pero no estará pagando por un guía que aporta mucho valor y cambia completamente la experiencia. Estará más receptivo a hacer este gasto, que no a pagar una tasa solo por el acceso a un sitio que antes era gratuito.

Comunicación con el visitante.

Tal y como comentaba anteriormente, gran parte del desacuerdo entre turistas y normas viene de la falta de comunicación. Hay que comunicar al visitante las medidas de protección que hay en el lugar, y explicar por qué son necesarias. En caso que vayan sin guía, nos debemos asegurar que comprenden que hay unas normas de comportamiento y las consecuencias que podría tener para el entorno si las incumplen. Tenemos que transmitirles la importancia que tienen sus acciones y cómo pueden contribuir a reducir el impacto de su visita. Hay que hacerles partícipes y en cierta forma «educarles» en la materia. No es lo mismo 50 visitantes comportándose inadecuadamente (dejando residuos, pisando donde no deben, causando contaminación acústica, llevándose plantas o rocas, etc), que 50 visitantes respetuosos y concienciados. Así se consigue también reducir la presión humana en el entorno, ya que no sólo se trata de números, si no de actitudes.

En resumen, la administración y el sector turístico en general tiene como responsabilidad transmitir a la población la importancia de cuidar nuestros espacios naturales. Y también tenemos que buscar la forma de reducir la presión humana sin prohibir o cobrar, manteniendo los espacios naturales como deberían ser: un lugar público y accesible para todo el mundo, como siempre fueron. Unas de las pocas actividades que se podían hacer fuera de una oferta de ocio consumista. Pero para eso debemos dejar de tratar la naturaleza como si fuera un bien de consumo más. Con derecho de uso para todos, pero más importante aún: con el deber de cuidarla. Solo así conseguiremos reducir el impacto negativo de la masificación en los espacios naturales.

¿Qué opinas sobre la regulación del acceso a los espacios naturales? ¿Y sobre la masificación en la naturaleza? Deja tu comentario.

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